Durán es un ensayo de ciudad del futuro, cuyo salto en el tiempo pasó por sobre el desarrollo tecnológico y la modernidad, para aterrizar en una era post apocalíptica en donde pequeños grupos con poder controlan el agua.
El mecanismo es el siguiente: protegidos por el hampa, un grupo armado se toma a la fuerza un terreno para después venderlo clandestinamente por partes, desde USD 3.000 hasta USD 6.000 o más cada parte. Si alguien descuida su terreno, los violentos terratenientes revenden el espacio a alguien más. Y así, cada terreno pasa de mano en mano y puede tener dos, tres, cuatro dueños diferentes o más.
Así, la ciudad crece por debajo del radar, especialmente en zonas de asentamientos irregulares en las que ningún gobierno puede levantar obra pública. Sin redes de agua potable, el negocio de los tanqueros se vuelve irremplazable y vital para al menos un 70% de la ciudad.